No, no hay ningún tipo con ese nombre. Es una sensación. La petite morte, dirían los franceses. La vida, un estallido de calor, color. Estremecimiento total. Parte de las experiencias femeninas y masculinas. Digno motivo de tertulias absulutamente literarias para noctámbulos. Una experiencia grata, sin duda, esto de tertulias sobre esa sensación. Me embarga la sensación cuando escribo "felipe". Traducción: orgasmo. Una mujer me dijo ponlo de colores: mini proyecto para hacer.
Este post lo transcribo desde la ladilla que se tiene cuando estas en una oficina por mucho rato, sin hacer mucho: lo más, vaguear. Es un pequeño cuento para una chica que siempre -Siempre- pone una sonrisa en mi cara. Vos sabés, musa. Vos sabés.
A Ella.
La gente observa a Sémele en el cielo. Verde y cavilosa. Va de un lado a otro sin pensar en los poetas que la buscan como inspiración. Está cansada, enferma por los altos niveles de contaminación que emanan de la tierra -gea- y, progresivamente, se aleja un poco de ella, huyendo lentamente.
Oyó, una noche, la súplica de una poeta tropical caribeña: "El trasnocho no tiene sentido sin la luna como cómplice". "Esta chica tiene razón", piensa Sémele, inquieta. Llama a la lluvia para que cubra su ausencia del cielo: Hablaré con esta señorita. Se transforma en la dueña de la casa donde vive Irene, la poeta. Sorpresivamente, entra en la habitación de Irene: "¿Que haces despierta a esta hora?"-la interpela. "Ay señora, la universidad me tiene loca: escribo por obligación y leo demasiado. Mi cómplice tiene días sin aparecer por el cielo estrellado", fue su respuesta. -Déjame contarte un secreto: ella tiene 420 millones de años siendo compañera de juegos de la tierra y el sol. El sol hace mucho que dejó de prestarnos atención y ella está aburrida de permanecer impasible ante las generaciones consecutivas de cambios formados en la tierra.- Irene necesita un descanso, tambien.- ¿Quieres cambiar los libros por las estrellas?- siguió Sémele.
-Oh señora, quisiera hacerlo, ver las estrellas de cerca. Tengo el amor más grande hacia la poesía pero también empiezo a cansarme.- fue la respuesta de Irene.
Por arte de magia, Irene se vio rodeada de luz, que llenaba la habitación. Poco a poco, sus miembros se pusieron rígidos y pesados. Elevándose, se convierte en piedra lunar. Llega al universo y el Sol le da la bienvenida totalmente indiferente.
Desde entonces Irene y la luna cambian de lugares cuando sale y se pone el sol. Sémele hace las tareas de Irene y ésta se siente deseada y espía de los que hacen locuras nocturnas.
Oyó, una noche, la súplica de una poeta tropical caribeña: "El trasnocho no tiene sentido sin la luna como cómplice". "Esta chica tiene razón", piensa Sémele, inquieta. Llama a la lluvia para que cubra su ausencia del cielo: Hablaré con esta señorita. Se transforma en la dueña de la casa donde vive Irene, la poeta. Sorpresivamente, entra en la habitación de Irene: "¿Que haces despierta a esta hora?"-la interpela. "Ay señora, la universidad me tiene loca: escribo por obligación y leo demasiado. Mi cómplice tiene días sin aparecer por el cielo estrellado", fue su respuesta. -Déjame contarte un secreto: ella tiene 420 millones de años siendo compañera de juegos de la tierra y el sol. El sol hace mucho que dejó de prestarnos atención y ella está aburrida de permanecer impasible ante las generaciones consecutivas de cambios formados en la tierra.- Irene necesita un descanso, tambien.- ¿Quieres cambiar los libros por las estrellas?- siguió Sémele.
-Oh señora, quisiera hacerlo, ver las estrellas de cerca. Tengo el amor más grande hacia la poesía pero también empiezo a cansarme.- fue la respuesta de Irene.
Por arte de magia, Irene se vio rodeada de luz, que llenaba la habitación. Poco a poco, sus miembros se pusieron rígidos y pesados. Elevándose, se convierte en piedra lunar. Llega al universo y el Sol le da la bienvenida totalmente indiferente.
Desde entonces Irene y la luna cambian de lugares cuando sale y se pone el sol. Sémele hace las tareas de Irene y ésta se siente deseada y espía de los que hacen locuras nocturnas.
Trebien.
Marica, en serio te amo. Y te extraño como extraño ver las estrellas :/ Ah, de eso se trata mi más reciente post. Pilla ahí...
ResponderEliminarPD: MARICA, YA TE DIJE QUE TE EXTRAÑO?