Basta con la justicia social. Hoy es un día contradictorio en mi cabeza, hace 8 años que se conmemora un hecho terrible: murieron un montón de ciudadanos a dos cuadras de mí. 11 de Abril del 2002, fue eso. Sigo sin recordar bien ese día, lo único que alcanza mi memoria a vislumbrar es la sensación de inquietud y comezón en la garganta, por culpa de las lacrimógenas que lanzaban la policía y los militares. Puente Llaguno, centro de la ciudad de Caracas. Una de las cadenas más largas que hayan registrado en la historia del gobierno reinante: para no decir nada sobre esas personas que eran masacradas -y aún hoy eso está impune, lo que demuestra la calidad del sistema judicial ¿o no?-. Debo confesar que, hoy, es un caos emocional. La parte buena es que hoy cumple mi Tío: 25, yey. Aprovecho el post para felicitarlo. Desahogarme. Y poner de manifiesto mi opinión aunque NADIE haga nada por difundirla. Me molesta. Eso que pasó hace 8 años, fue cruel y, de paso, lo pude sentir en los huesos. Los gritos de esos millones de personas fueron en vano, me hacen preguntar a mis mayores, quienes se suponen que entienden mejor que yo, la situación de mi patria desde hace 20 años. Francamente yo no he podido. Tengo 18 años, y lo que me hacía ilusión de este hecho es "el poder de cambiar el rumbo de un país con mis acciones". Ansiaba el poder votar, cosa inútil desde aquí, ya que todos los votos son para el gobierno. Que cosa tan triste. Me inscribiré en el REP. Creo que ya puedo. En fin, este es el poema que postearé hoy, para una musa.
Señorita malvada.
Detrás de mí
susurra la voz virgen
de la chica blanca.
Ella vende con su voz.
Es sexy.
Tanto como sus grandes ojos cafés.
A cada trago
se le encienden las pupilas
y apronta la sonrisa
al primero que vea.
Sigue el reventón
y la resaca del día siguiente.
A quien lea esto.
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