lunes, 30 de agosto de 2010

Dualidad.

A Irene, Burbuja y Bellota. Y pues, obvio a Nadir.

-Toma tu café, sin crema y con azúcar, nena.- sonrió Elise-Ven, sientate. Tengo que hablarte-.
-Éstá bien pero déjame contarte algo primero. Te contaré una pequeña historia. Duermo plácidamente. Mi subconciente proyectó una pelicula medio rara: en un prado verde, lleno de flores. Corro, no levanto ni un granito de tierra. Hay flores de todos colores. En un estanque se acumulan lirios, flotando en la orilla, blancos y de terciopelo. Desde luego, me llama la atención unos petalos de una flor en específico, en la otra orilla del estanque. Se posa una mariposa verde en un petalo exterior. Me gusta cada ves más ese lirio. Rodeo el estanque. Curiosamente, ése lirio está iluminado por un rayo de sol que lo hace brillar tenuemente. Paso a paso me acerco imbuida en un aura de timidez. Cuando tomé la flor, el soplo de viento me lleva tu nombre, tu recuerdo, cuando te conocí. El primer momento que te vi, al entrar en la universidad. Por el color rojizo de tu pelo, te noté y te sonreí-.
-Oh si, ya me acuerdo. Te acercaste en plan de conquista. Y me gustó eso de ti. Te sonreí de vuelta y enrojeciste hasta las orejas. Te me acercaste, me preguntaste cómo me llamaba y nos pusimos a conversar. Al rato, te tuviste que ir a nosedonde, me diste tu celular y me besaste en los labios. Sabían a menta-.

En este preciso instante, entra por la ventana una pequeña mariposa verde y se posa en una de las tazas de café. En la de Marié.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Desengaño.

Luna, no te vayas, por favor.
Te pido que te quedes.
Déjame seguir durmiendo
en tu calido regazo.
No dejes que la aurora
interrumpa mi dulce sueño.
Refleja en tu faz amiga
las aventuras de mi fantasía.

Nuevo.

A Irene.
Dos suspiros que van de la mano.
Se escapan de tu boca.
Los atrapo entre mis manos,
después se colocan en mi almohada.
Me empapo en ellos
y duermo con una sonrisa en el rostro.

jueves, 19 de agosto de 2010

Declaración.


Un día atrás, enmarcaste tus ojos
entre libros al azar,
concediendome
en desgracia mía, quizá
un momento para no olvidar.
Y aunque no quería,
no pude dejar de mirarte.

versos inarmónicos.
a J.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Indescriptible.


Esto es algo que encontré medio sucio, entre mis archivos. Está fechado en Febrero, y creo que es hora de mostrarlo. Se aceptan sugerencias.(Sí, esta vez puedes comentar alguito, no debes volverme a dejar con la duda carcomiendo mi cerebro).

A Luis.

Tú, cronopio sin nombre,
te inmiscuyes entre mis versos.
Te vas, cual viento entre las ramas.
Atravesado.
Entreverado. Vienes, otra vez.

Andas refrescando pensamientos a la fama.

Vil, cruel y sin verguenza alguna.
Technicolor en circuito cerrado.
Sin oficio.
Maldecís tu propia existencia a cada paso tuyo.
Ya, te dejo así.
Sin espacio definido.
Adorado, te odio.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Te veo así, postrada.
dormitando
arrullada por el rumor
perenne de la burocracia
esperando
escuchar tu nombre
soñando, apenas,
salir de este lugar terrible.

A Kimberly.

Debo decirte porque tú, burbuja,
porqué no dejo de adorarte.
Te mantienes cual fantasma,
ilusión pasajera al otro lado del cielo.
Convicción puramente sagrada
de que te llevo siempre -siempre-
palpitando en cada molécula mía.
Alegre altar ante el cual se postra,
se suplica y se palidece
cualquier deseo del mundo.
Hoy, cumples la edad que tenía yo cuando te conocí: 16 años. Te extraño, nena. Aunque no me creas, te extraño en extremo.

lunes, 9 de agosto de 2010

Desconocido pues.

el juego, la belleza.
La poesía, la excepción,


la realidad, la regla
La vida es el lenguaje,


las estrellas
la flor,
la luna,
tal como:

lo que las intenciones cuentan

el palito de la lira,

para temas de poetas,

palabras ambrosíacas,

que el abismo,

Al igual

Fondo.

Del fondo.

Esto debe ser de Daniel Figueredo. Ojalá y no me equivoque.

lunes, 2 de agosto de 2010

Iván Rojas.

Acompasada se hace tu respiración.

Uno, dos y el silencio.

Paciente te quedas dormida en mi regazo.

Tres cuatro el silencio.

Después de la fingida muerte

en una maniobra te viras,

utilizando el resplandor de tus ojos

todo el escenario iluminas.

Al ver inminente espectáculo

hay un punto y salto en la mía,

tomando tu ritmo me encorvo

así te doy la bienvenida.

Con tu mano me detienes,

mi respiración pierde las bridas

un, dos, mi corazón late

y das de nuevo con la armonía

Una sonrisa se dibuja en tu cara

con un beso los ojos te cierro

de repente hay solo oscuridad

de repente hay solo silencio

Un naufrago sujeto a mi cuello

la música en mi sangre ha vuelto

la oscuridad se torna roja

el calor se ha vuelto fuego

Melodía entera en los labios

un dos, van mis latidos,

el ritmo lo da el pecho,

y mis dedos todos entumecidos

Un Dos Tres, Un Dos Tres.

nuestros pechos en abrazo se unen.

la música en ruido se confunde.

Cinco, seis, siete y ocho

Los intérpretes de la overtura

ya han anunciado su fatiga

separas tus labios de los míos

y tus ojos el escenario iluminan.

Mi pecho en ovación ya aplaude

mi respiración haciendo música,

así, un, dos, la cadencia

cadencia que el fin no anuncia.


Me desconcierta ese poema. Sé perfectamente que no es mío. Y sabe, ligeramente, a estudiante traumado de Letras. No sé quien sera su autor. Diré que es Iván Rojas. Le pregunté y puedo publicarlo por acá. Según tengo entendido, Iván es un chico genial. Estudia dos carreras que se dirían contrarias; ingeniería mecánica y letras. Él dice que es complementaria la una de la otra. Lo admiro por eso. Esto representa (el poema), las cualidades de la personalidad de este pana. Es romántico, tierno y sensible. Ojalá y no me equivoque pero ha sido uno de los chicos más geniales que jamás he conocido. Carita feliz. Candencioso, metódico y sabe de matemáticas: rulea pues. Ah, sí, también es el rockero (yeah) más friki que he conocido. Y el bailarín más ortodoxo que jamás vi. Carcajada. Dulce tipo membrillo. Largo y con un garbo particular. No puedo acordarme de mas.