miércoles, 27 de octubre de 2010

Poema a dos manos

Poema a dos manos.

Entre Margara y Barbie.

Ay luna de Margara. Menguante.

Me escondo y vuelvo a nacer.

En estos días te vi, toda llenita.

Ahorita me sonríes de espaldas, mala tu.

Este mes me vi bien bella, me escondo rapidito

Para aparecer más bonita el mes que viene.

¿Sabías que en este mes eres la más preciosa?

Te vi justo en la aurora, super abajo,

casi tocando el horizonte y estabas rosadita de alba.

Me quedé un ratico más para que me vieran

En colores. Porque no me iban a ver más, llenita.

viernes, 22 de octubre de 2010

Iconicidad.

Iconicidad.

Por Bárbara Guevara.

Creo que debo empezar por lo más básico: diferenciar al lenguaje del habla y la lengua, para poder definir la relación entre la realidad y el lenguaje humano y lo que es la iconicidad. Existen autores que han dedicado una vida a estudiar los signos, en nuestro caso, los lingüísticos. Entre todos ellos han definido las ciencias del lenguaje para nuestro asunto –la iconicidad- nos compete la semántica, siendo esta la ciencia que estudia a los signos.

El lenguaje es, en esencia, la capacidad innata del ser humano para comunicarse. La lengua es el código que usa un individuo para transmitir información y recibir una respuesta en una región determinada (de esta última parte, se deriva el concepto de dialecto). El habla es un acto físico intencional e individual. Estos conceptos están indisolublemente unidos en una relación dicotómica, es decir, que a primera vista pueden ser similares pero son totalmente diferentes. Imagina una relación entre 3, como un triángulo amoroso, que no puede nunca jamás romperse porque no tendría sentido la lingüística como ciencia.

El código de una lengua se maneja por signos. Los signos son arbitrariedades que están regulados con normas aceptadas por todos los individuos que hablan determinada lengua. Les dicen arbitrariedades porque el significante no tiene una relación directa con el significado. De acuerdo con Ferdinand de Saussure, esto determina la iconicidad del signo –la dualidad del significante y el significado-, que es el grado de relación entre ambos conceptos.

El significante, siguiendo con Saussure, es la imagen acústica o la forma en que se piensa un objeto. Y el significado es el concepto de algún signo. Eso es el signo lingüístico, la relación entre la imagen acústica y el concepto que se tiene de ella.

Ahora bien, este signo se divide; de acuerdo al grado de arbitrariedad que posee la relación entre significante/significado: icono, índice y símbolo.

Empezaré por definirlos. El icono es el “grado cero” de la iconicidad por definición, es decir, el significante tiene una relación casi directa con el significado. Un ejemplo sería una fotografía de una casa, ya que representa en dimensiones casi exactas a la casa. El índice, tiene una relación más lejana entre significante y significado, como haciendo énfasis en un objeto con otro objeto. Por ejemplo, la representación de un bosque humeante que bien podría significar que hay un incendio o que alguien está haciendo una barbacoa. El símbolo es la no relación entre el significante y el significado, es decir que no hay una relación aparente, sólo existe normas que las regulan, que en conjunto se llama gramática. Como ejemplo ideal estaría todo lo que he escrito hasta ahora, más específicamente, las palabras y los números, ya que no tiene parentesco alguno lo que escribo en el papel a la imagen acústica en la que el receptor/perceptor lee. Para ponerlo gráficamente, el icono sería el cero –o los números cercanos a él-, el símbolo sería el infinito positivo y el índice el infinito negativo.

Así entiendo los grados de iconicidad.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Laura Aguilera.

Ay, chamo. Amo la plasticidad de la chica. Sus imágenes son en extremo fascinantes, es como si tú, siendo lector, lo pudieras ver tan claro como un día de sol. Es tan increíble como un libro firmado por un escritor finado. No mentiré, cuando empiezo a leer un texto de ella es como si me lo estuviera contando. Es tan lindo. Casi como la luz juega con su voz, la hace más o menos de terciopelo. Sus ciertos matices alegres hacen un gran contraste con lo oscuro y raro de su personalidad, que se refleja en cada párrafo que escribe. Hace tiempo le saqué su método, escribe primero a mano y después lo pasa a digital. Eso es sexy, muy lindo. Ella es rara. Eso hace que sus textos me agraden más de lo que deberían, es tan rara que es adorable. No puedo decir más de ella, sino, me falta espacio para que ella misma se defienda. Vayalo, pues.
Nueva ciudad. Nueva vida.

Soy Daniela Reyes, nunca creerán lo que les voy a contar. Jamás pensé que mi vida podría correr peligro: como en una peli de terror, pero ya ven, a veces así pasan las cosas y no hay nada que puedas hacer para frenarlas.

Todo comenzó hace seis meses, en verano. Cuando mi padre y yo nos mudamos a una nueva ciudad, él es recién casado, así que cambiamos nuestra vida para acoplarnos a la de Martha –ahh, y su adorable hijo, Marcos-.

No sé realmente si mis problemas empezaron cuando conocí a Gerardo, pero sé que ése fue un momento digno de contarse. La primera vez que lo vi estaba practicando tiros en la cochera de su casa. Su cabello rubio brillaba con los rayos del sol, cada uno de sus saltos era tan alto que parecía tocar el cielo y cada uno de sus movimientos parecía mágico por ser tan preciso. Ese día, no nos ‘conocimos’ porque él estaba demasiado entretenido en su deporte como para notar el enorme camión de mudanza estacionado en la acera frente a su casa.

La primera vez que platicamos fue una tarde que –muy a mi pesar- fui a una tienda de videos a buscar a Marcos –enano odioso-. Allí aproveché para preguntarle al vecino si conocía y había visto a mi hermanastro.

Al principio, me dio un poco de pena tocarle el hombro para llamar su atención, pero en cuanto me sonrío; mis preocupaciones se esfumaron y cuando comenzamos a platicar hasta olvidé que llegué buscando a Marcos.

Gerardo –Jerry, me pidió que lo llamara- se portó muy amable y hablamos más a menos 20 minutos. La plática daba para más, pero Marcos llegó a interrumpir, así que me despedí, no sin antes afinar detalles para salir con mi nuevo amigo.

Decidimos ir al cine, no recuerdo la peli que exhibían esa noche, pero sí que fue una en la que nos reímos mucho. Después fuimos a tomar un helado; descubrimos que nuestro sabor favorito es el mismo y que odiamos la nuez.

Nos la pasamos increíble platicando de los amigos a los que dejé y él me aseguró que no tendría de qué preocuparme, pues me presentaría a sus amigos y me aceptarían de inmediato.

Caminamos hasta la casa, me sorprendía que aquí todo quede cerca, empezaba a oscurecer, el cielo estaba azul brillante y la luna blanca alumbraba nuestro camino; parecía caminar con nosotros; espiando como Jerry iba gustándome más y más.

Al día siguiente, bajé tarde a desayunar, no sé en qué se me fue el tiempo… ¡yo me había despertado temprano!

Cuando entré a la cocina vi a un chico desconocido sentado frente a la barra. Tenía cabello largo y negro como el café que caía en la cafetera, vestía bermudas y huaraches y sus piernas eran muy delgadas.

Al volverse hacía mi, pude ver sus ojos: contrastantes y enigmáticos, enmarcados por unas pobladas cejas negras.

- Me llamo Raúl, hola. Soy amigo de Marcos… él no tarda, fue por unas galletas.

- ¡Ah! Soy Daniela. Me sorprende que Marcos tenga amigos.

- Ja, ja, ja. Se supone que tú no debes hablar con humanos. – dijo Marcos entrando a la cocina con una caja de galletas, un bote de helado y jarabe de chocolate en una bolsa de supermercado.

No me importó su comentario, desde que nos conocimos nos hemos tratado mal.

Desayuné con ellos, bueno, con Raúl, porque a Marcos lo mejor es ignorarlo. Aunque no pudimos hablar mucho –por las interrupciones del engendro- conocí algunos de sus intereses y me recomendó algunos sitios para divertirme en la ciudad. También me recomendó películas, pues sus padres son los dueños de la tienda de videos y él y Marcos se la viven ahí.

Por la tarde, fui a buscar a Jerry a su casa, tal como me había prometido, me llevó a conocer a sus amigos.

Primero fuimos a visitar a Leonardo, un chico súper bromista, con bonita sonrisa al que no le para la boca. Es un poco obsesivo –o esa impresión me dio-, pues desde que nos presentaron se portó extraño y como no queriendo me confesó que le recordaba a alguien, no me quiso dar detalles, pero siguió mirándome atentamente.

Después fuimos a una casa muy grande –otra vez a pie, ¿ven? Todo está cerca-, con un inmenso jardín delantero, con pasto muy verde, húmedo por el agua de los aspersores; un olor a hierba mojada y una frescura que sólo ahí se sentía. Leo tocó la puerta blanca de la entrada y momentos más tarde un chico muy guapo la abrió:

- Venimos a ver al Srito. Fabián, clon de servicio. –dijo Leo con tono serio.

- Cállate, hoy es domingo, por eso me toca abrir la puerta, cocinar y todo. –respondió el chico con tono fastidiado. – Pasen, en la sala está Sonia… enseguida les llevo unas bebidas. –añadió cerrando la puerta.

En la sala había una chica alta, muy delgada, con el cabello negro, brillante y lacio hasta la cintura, tez blanca y la boca pequeña en forma de corazón. Al vernos saludó efusivamente a Jerry y Leo y a mí me besó las mejillas sin preguntarme siquiera mi nombre, como si me conociera de tiempo atrás. Jerry me presentó y ella ensanchó una sonrisa:

Cuando Fabián llegó con las bebidas, Sonia se paró detrás de mí tomándome por los hombros y exclamó:

- ¡Te presento a Dany!, es vecina de Jerry y llegó para hacerme compañía en éste grupo de hombres. –al decir lo último me sacudió un poco.

- ¡Wow! Hola, qué gusto. Soy Fabián. –dijo estrechando mi mano y jalándome para besarme la mejilla.

- El señorito Fabián. –corrigió leo en el mismo tono serio de antes.

-¡Que te calles! ¡Baja los pies del sillón! Por eso no te quieren en ésta casa –gritó Fabián aventando los pies de Leo y sacudiendo el sitio donde antes habían estado.

-¡Ay! Son unos inmaduros, qué bueno que ya voy a tener compañía femenina. –los regañó Sonia sentándose en un sillón y señalándome el lugar junto a ella.

El tiempo que pasamos en casa de Fabián fue divertido, aunque había dicho que le tocaba cocinar pidió comida china y Leo siguió con el asunto del clon de servicio.

Sonia y Fabián se veían muy bien juntos; como una pareja perfecta, ambos guapos y simpáticos.

Después de más o menos cuatro horas nos fuimos, Jerry me llevó hasta la puerta de mi casa y me invitó a comer a la suya al día siguiente; sin pensar en pedir permiso a mi padre acepté, era una muy buena oportunidad como para dejarla pasar.

No fue fácil convencer a mi padre, menos con Marcos sentado junto a él haciendo caras y argumentando con voz llorosa que casi no pasábamos tiempo juntos. Gracias a Martha convencí a mi padre –porque los amigos son una prioridad para los adolescentes, o algo así-.

No me acuerdo de la mañana de ese día, pero la comida fue muy agradable. Los padres de Jerry me trataron excelente y los platillos estuvieron exquisitos, hacía mucho que no probaba comida casera; papá no sabe cocinar, yo menos y desde que habíamos llegado aquí Martha nunca había hecho una comida en forma –entendía perfecto porque Marcos comía tantos dulces-.

Aquella noche la pasé en el sillón con Marcos –quien revolvía sus palomitas de microondas con M&M’s- viendo algunas películas que Raúl le había prestado.

Cuando papá y Martha regresaron eran como las once y nos avisaron que hiciéramos maletas para ir a la playa. Habían tomado la decisión, y ni siquiera me darían oportunidad de despedirme de mis nuevos amigos, ¿qué iban a pensar de mí?


La Playa

Salimos de la ciudad por una semana, a una casa de playa que papá rentó.

No me fue posible despedirme como me hubiera gustado de Jerry y los otros, pero al menos, pude dejar una nota bajo su puerta.

Ahora sé que la recibió y aún recuerdo exacto lo que decía:

"Hola jerry

se que cuando leas esto ya no estaré en casa, incluso en la ciudad

sali de vacaciones con mi papá, martha y mi hermanastro. Espero que me disculpen por despedirme, pero mi papá me agarró por sorpresa.

feliz verano y espero verlos pronto.

Daniela Reyes".

Cuando llegamos a la playa empecé a pensar que no era tan mala idea. El tiempo estaba muy agradable y por lo menos sabía que ahí Marcos no tenía más ventajas que yo.

El tono azul del inmenso mar, los pajaritos cantando, la brisa salada acariciando mi cabello eran en conjunto un espectáculo hermoso. Me encantó estar ahí, por un momento olvidé la presión de tener que hacer nuevo amigos y lidiar con el odioso de Marcos, quien pasaba sus días quejándose de la arena, el calor, y el ruido de los pájaros.

En la playa conocí un chico, ahora ya no me emociona haberlo conocido, pero al principio me maravillaba que todos en mi ‘nueva vida’ eran interesantes y atractivos –excepto Marcos, claro. Él es interesante, pero por raro.-

Estaba caminando por la playa como a las seis de la tarde, ya hacía frío y casi no había nadie. De pronto sentí que alguien me miraba fijamente, de forma discreta intenté descubrir quién era, pero no vi a nadie. Caminé un poco para perder esa mirada misteriosa, pero seguí con la sensación de ser observada.

Comencé a recorrer el camino hacia la casa de la playa pero la sensación continuaba, entonces troté y escuché la arena moverse detrás de mí. Totalmente desesperada corrí, tratando de escapar, pero seguía escuchando la arena moverse violentamente, no deseaba mirar hacia atrás, así que subí mi velocidad; sentí el viento más intenso y frío; sopló tan fuerte que mi gorro voló. No me importó, quería salvarme, no sabía de qué, pero no quería que me atrapara.

Con el viento calando mi huesos, el cabello en la cara impidiéndome ver, los pasos cada vez más cerca y más rápido detrás de mí y una bola de pensamientos, me tropecé.

sábado, 9 de octubre de 2010

Poesía Hoy.

Este es un proyecto de ensayo creativo, a ver que tal.

La poesía es un arte. Es el arte máximo para los antiguos griegos; Homero lo hace manifiesto al mostrar a los Aedos (cantores de hazañas) en su obra, Aristóteles hace un ensayo de ése arte: Poética. Morfológicamente, se deriva de la palabra poiesis que, en un sentido amplio, significa creación. En un sentido más moderno y menos reducido su connotación sería representación, la famosa "copia de una copia" de Aristóteles.
Siglos después, los romanos adoptan los parámetros establecidos por los griegos y les dan más profundidad a las artes de la representación, teniéndose como canon -palabra latina de la que se deriva norma, regla, ley- a Virgilio, Horacio y Séneca.
Saltaré años, paises y personas hasta el siglo XVI, el de la Ilustración. En estos años el mundo y las artes se encuentran en un momento crucial de cambio, por causa de la aparición de América en el mapa global que revoluciona los paradigmas que el mundo conocía. Acá se le da importancia a un genero muy especial de la poesía: el teatro. En este punto es importante aclarar que la poesia abarca a la literatura, novela, cuento, drama, comedia, ensayo; porque todos y cada uno de ellos son formas de representación de la realidad del poeta, que lo circunda y de la que es un atento obsevador.
Poco a poco, guerra de por medio, hemos llegado al hoy. Con una gran pregunta: ¿Cómo se es poeta hoy? Nuestro hoy está lleno de tecnología y esta última es un gran arma de doble filo. Es un obstáculo para el desarrollo de la poesía y una gran aliada para ponerla al alcance de todos, gratis. Por la primera parte, tenemos que todos quieren ser poetas, ser escritores y luchar con los derechos de autor y, por consiguiente, el plagio. La red ofrece muchas cosas y se reduce el trabajo del crítico, quien dicta la pauta, junto con la Academia, de lo que debe o no ser leido. Es decir, el canon y lo que no es canon.
Pienso que el ser poeta es leer bastante y saber observar, transmitir sus observaciones ya analizadas al mundo por medio de cualquier cosa. Es un trabajo duro pero altamente satisfactorio. Hoy en día la poesía es mucho más versátil que en ninguna época anterior. Por aquello de que se combina con las otras artes; la música, actuación, baile, etc. Y con la internet y sus plataformas multimedias que permiten compartir información con el resto del mundo.
Es la forma, insisto, más creativa de jugar con las palabras -y así, con la realidad-, tal vez, la manera menos complicada de mostrar los pensamientos ocultos, aprendizajes y experiencias de un poeta. Es la esencia vital sobre la que opino, vivo, siento.
Poesía hoy, es la misma que ayer sólo que se aplicó botox para mantenerse joven por los siglos de los siglos. Amén.
...
Justificar a ambos lados

miércoles, 6 de octubre de 2010

Desesperación.

¿Porqué? Sólo quiero saberlo. Dime quién o a quién esperas tan impaciente. Sin poder dormir. Sin dejar de quitarme las sábanas. No te voy a abrazar. Sabes bien que ahorita no tengo ganas. Ya pues, écha pa'llá. Al menos susurrame cosas al oido, con esa voz tuya que ya, de sólo pensarla, me hace estremecer. Hasta mis secretos se mueven cuando me dices suavecito que me quieres. Me duele que tu esplendor, se ponga en mi contra. Yo lo que quiero es que tu sueño me alumbre mientras leo. ¿por qué me insinuas eso? Toma mi mano y no me sueltes. Sé sensible conmigo y no dejes de matarme con tu voz. Cal, calles floreadas por donde suena tus suspiros literarios, llamados a la mentira en la que vivimos. Supongo que me llevas adentro, me interiorizaste en nuestras noches y madrugadas escribiendo, criticándonos mutuamente a la luz de una lámpara fluorescente. Estudiandonos. Mordiendonos al relatarnos nuestros secretos. Para ti, quien me inspiraste mis más de mil fantasías, propaganda de una ilusión pasajera. Híbrido. Desnaturalización de la luz demasiado brillante de la noche. Cierra tus ojos. Ya no puedo con tu mirada tan penetrante, que se desliza poco a poco hasta llegar a mi alma oscura y traslúcida.
A ti, estatua de cristal caro, te escribí y desescribí hasta el cansancio. La barbarie hecha persona. Debo ya dejarte de leer. En algún momento, cuando leas esto, te reirás. Quizá tanto como yo. Ahí te dejo mis borradores y estoy escuchando la voz de una nena mucho más sexy de lo que tu has sido hasta hoy. Adiós, entonces. Y no te molestes siquiera en buscarme.

martes, 5 de octubre de 2010

Frida, su frida.

Retrato poético.

te miras en el espejo.
espejo pequeño de plata
plateada mirada que se devuelve
a mis ojos claros.
Ojos negros y grandes
negros, delineados finamente
largas pestañas rizadas
en rímel a prueba de agua.
Risa diáfana, larga
y me aburrí de no escucharte.
Así pues, no te pienso.
No te veo.
No te escucho.
No te toco.
Te siento.
Me miento al decirte: "vete".
No estas presente pero te quiero.

viernes, 1 de octubre de 2010

Una vez más.

Lo arruiné.
Dije mil millones de veces que lo sentía.
Unas neuronas fallaron.
Dejaron de funcionar.
No te cumplí.
Ni me cumplí.
Mi mente es un caos.
Debo dejar de pensar.
Me duele la cabeza, bandera roja.
estado de shock, catarsis.
Epilepsia.
Cuadraplejia.