martes, 22 de junio de 2010

Luis Barboza

Luis. Luis. Luis. Luis. No sé cómo describirte. Eres un malpensante, malegre. Desforme. Eso es lo que tú dices de ti. Yo sé que eres fanático de Morrisey, hasta rabiar. ¡Malegría! ¡Malegría! gritas hasta llegar en un aforismo. Desastre real. Chico bohemio con el cabello sin lavar, fumando en el rincón del pasillo de Letras. Haciendo desastres con las ideas que daban los catedráticos de la escuela. Con un tufo a Wilde te presentas por ahí, con tus locuras por delante, reverenciándote. Poeta a destiempo. Sin tiempo. Con ganas de robarme mi biblioteca -NO-. Pícaro, insistente, irreverente. Monofónico. Sin fobias conocidas, aún por conocer. Llueve mientras escribo, como cada tarde, acá a muchos kilómetros de ti, Luis. Hace poco te dije que escribes como si te estuvieras disecando en un notepad. Te cito, algo que suelo hacer con frecuencia, antes de decirte si te quiero o te odio.
"Sus ojos eran un manicomio abierto, yo enfermo,
el cuarto infierno cuando me miran, inmortales"

Esto es, en resumidas cuentas, cómo crees, en quién crees y a quien le vas en la vida. Eso es algo que tenemos en común; el culto perenne a lo daimónico y a lo dionisíaco en la carretera. Y el dolor que apreciamos a diversos eventos culturales. Mejor dejo que tú mismo hables y te defiendas con todo lo que te he lacerado y alabado. Y sí, te saco el dedo del medio.

"Todo amor es trágico"
Oscar Wilde
PREFACIO

Antes, ¿qué es el día y la noche, las formas y los tiempos para quién no sabe donde está?, ¿Qué es todo esto para el que lee un poema? Yo se los digo: Nada. Son, acaso, colores llevados por la brisa nada más.
Otra, no existe tal cosa como la biografía de un poeta, el poema es lo único que existe, eso es todo.
La poesía no está en las palabras, está en los instantes vacíos antes de escribir o leer un poema; la palabra es sólo la "comunion" ,el silencio y las líneas solas están para recordarnos esto. ¡Y esto no son poemas, son los destiempos de Ofelia!


el juego, la belleza.
La poesía, la excepción,


la realidad, la regla
La vida es el lenguaje,


las estrellas.
la flor,
la luna,
tal como:

lo que las intenciones cuentan

el palito de la lira,

para temas de poetas,

palabras ambrosíacas,

que el abismo,

Al igual

Fondo.

Del fondo,

* * *


D E S F O R M I D A D E S O F E L I C A S

O

E L D E S T I E M P O


---DÍA

Acaricio
sus cabellos elíseos
como acaricio la
almohada al despertar

Voy empujado por el día;
la
luz, el oro.
El brillo de los collares.

Sus manos hoy me invitan a otro, otro
campo de ninfas y resortes, mares derrotados
y trenzas sucias y sueltas.

Sus manos
Sus manos que
se cierran y
a b r e n
siempre.
Prisma ardiente.

Sus ojos eran un manicomio abierto, yo enfermo,
el cuarto infierno cuando me miran, inmortales

Me persiguen como
una
claridad
f allecida.

Y
ya
el
día
se
hizo.

Y una vez, dentro del perfume y la botella,
se despertó, ¡crepusculario sensible!, y yo herido
por
su
atardecer, como si fuese
flecha
indómita prendida
en fuego.

---N O C H E

Así tengo
una luna amarga
en el pecho.

Moribunda renacida.

Yo
soy todo
de suelo al revés, piel de flor,

el balcón donde todos fuman y hablan
Botellas.

A ellos los veo cuando se asoman

y se
acarician en
las
sombrás pálidas.
Yo los veo arrodillados, solos, humanos.

Ahora, dime tú¿ De qué sirven
la paz,
la lira,
las estrellas,
si todo es el mismo cauce? ¡Todo!

La misma noche
que me acobija
a ella.

La dulce flor tramposa
En mi pecho, rápido se marchita.
¿Quién va a querer
mi fantasía maldita?

Y uno - casi yo-, va y pinta, con la suavidad
de margaritas, el altar más alto, donde ni
imaginación
ni memoria
llegan, sin caminos.

Va la selva oscura, el río de los senos.

Una sombra, la voz de los ceniceros.
Hoy había un poste apagado
Un instante roto
Y la vida que es más vida que la vida
es también más muerte que la muerte
Son el mismo rostro, altar caído.

Hipólito, debo recordar a Hipólito
"¿Pero murió, no?
" ¡Artemisa ni lo salvó, divina!"
Sí, pero ese es sólo un mito.

Y luego pasa un ruiseñor solemne,
azul
y volar lo hace posible, todo.

levanto
me siempre;
Así yo
en el mismo piso,
con el frío ensimismado, con la misma fé.


---DÍA

Mis dos
labios
enjaulados
forcejean la puerta,
son mariposas,
donde el
pensamiento
lleva a
sus
alas
a posasarse en
su frente, jardín de mentiras
Caía su cabello en dos, como
dos
c
a
s
c
a
d
a
s
de oro,
una pulsera de luz.

Y yo te guardo bajo la tierra como el indio al mineral,
te dejo bosqujada en el abismo
Y te dibujo al palpitar, como tal brima sonrosada.

¿Quieres saber por qué no duermo?
Te
digo:
¡Porque así el
sueño me
a p a r t a r í a
de ti!

Te arrancaría de mi imaginación arquitectónica
y te ocultaría tras la almohada
¿Para qué noche, entonces?

Pero sí, tendría que ser.

¡Si supiera
que el atardecer que aflora
no se compara al dorado de sus cabellos, todo angel!

Nariz de
pelusa,
Tasita
de
café,
burbuja de
espuma.

Y llegué respirando el vacío de los edificios.

--NOCHE

Calle retratada, esa noche vomité flores, bilis. Todo estaba ahí, transpirando, esperando los dedos, los susurros.

También la brisa al salir del cine.

Lloren, lloren que yo bailo, ¡Soy niño, me río cuando me caigo!. Me complazco. La crueldad me quita las arrugas, los sueños. ¡Oh, oh! ¡Oh, sí!. Ya no hay baile ni voces, toda la bulla está escampada y todos los ceniceros están llenos ¡Ay! La casa está sola. Sola como las manos, mugre sin uñas.

¿Y qué soy yo? Una copa sucia, una botella acabada, el sudor después. Y ¡plaf!, una cachetada a la cara del espíritu. Toda la noche es una sombra inacabable, sombra quizás madre. No hay luz sin sombra, ni sombra sin luz.

Porque el alma (grosería) me vino de noche ¡Ay, jueputa! Mintió el poeta: "El amor (grosería) es ciego porque la noche es oscura" .Y yo sonreído confíaba en las fragancias, en lo himnos de los campos, en los brazos del sol, superficie. ¿Para qué castillos y rizos flóridos? Todos los vidrios estaban en el piso, y yo ciego pasé descalzó.

Yo no sé, videntes, de día o de noche, yo paso las cortinas y no salgo, voy en el espacio, encima del espejo

---DÍA

En las
sillas,
detrás de las
dos puertas y el calor
sentado, veo:

C
u
e
ll
o de cisne, cerca.

Boca de lirio, infinita en miel.

Su rotro:un lienzo.
Mis dedos: el pincel.

También.

La blanca nieve que te llevó al altar (esto, la esencia, yo la conozco sola)
Me dejó los dedos cadavéricos, todo de morado.
¡Yo veía la blusa única y no podía tocarla!
Era pálida y de lejía
Mis ojos sudaban como un burdel
"Yo le birama la griela", dije,
la griela muestra a la mujer:
era de virgen toda su piel
¡Oh, su espejo es la miel!
También de miel era mi sed, bobo.

Verán, ¡ Yo no la podía tocar, pero mis ojos estaban borrachos!

Mariado
por la
verdadera
Helena,
imbesable
mármol.
Salí.

Luego, la lluvia
al entrar
otra vez.

Caíanle margaritas
e
s
t
i
r
a
d
a
s
en
sus
hombros, colinas,
mis dedos el abuso que los ara

Grandes como
muslos de olas
doradas
La samu perfecta
La hoja más tendida
El único

silencio hermoso que conozco
después de ver las rosas
crecer.

Luego vino el Jueves y el vértigo.

---NOCHE

A mí se me ha perdido la noche en una boca amrga, había sed y trasnocho, sangre débil y saliva ¡Todo esto sudaban los cielos: el de la boca y el otro!. Mi mano lenta divagaba en un vagón de luces, yo era una sirena, con carne de vino y cabellos dulces como calles ¡Ay, y los ojos!, los ojos míos eran de ella, dos perlas sucias que colgaban en su cara.

Ahora,

¡Ella, Luna!
¿Yo?
¡Lunático!

El sueño no me deja dormir.

Y hay una noche
selvática y oscura
Es los ojos que no puedo abrir
El aire rojo que no alcanzo a respirar
Y puede que no los quiera abrir nunca ya
Todas las noches son una
El mismo susurro vidente
Deseo.
Pero ahí
está
el amanecer,
luz lavada,
Donde quizás esté la misma sonrisa almidonada.
Y yo
sea
otro.
Quizás....

---EPILOGO

El autor dijo: "Todos los fuegos el fuego

porque todos los fuegos son un mismo fuego,
al
igual
que los mares son un
solo
mar.

Y yo digo:¡Todas las ellas, ella!

Y ya no hay por qué llorar

Hay una luna en mis días
Y un sol en las noches

¡Y ya! Vámonos.



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