Entrevista a Elena Cardona.
Profesora de la Escuela de Letras de la UCV. En el área de Teoría Literaria, para ser más específica. Aparte da clases en otro instituto. Es autora publicada, en Venezuela y Colombia tiene un libro llamado “Dramaturgias del mal” que es el más reciente.
Antes de escribir qué le pregunté y sus respuestas, es bueno explicar por qué ella. Es una de las personas más influyentes en el área de literatura en Caracas (la googleas y salen 200.000 resultados de búsqueda). Cabe destacar que en mi ciudad, sólo hay 2 universidades que tienen como carrera, la licenciatura en Letras: la UCAB (Universidad Católica Andrés Bello) y la UCV (Universidad Central de Venezuela), la pana es respetada por las personas de ambos lados. Aparte, es buena descifrando los diversos significados de la poética universal.
Confesaré que es la primera entrevista que hago –al menos seriamente- en la vida. Así que, “la historia me juzgará”. Esta entrevista, en vista de la distancia geográfica, se hizo por mensajes directos de twitter –para que vean, hago cosas buenas con mis redes sociales. Carita feliz-. Al principio fue un poco complicado ponernos de acuerdo para empezar a preguntarle, ya que es una mujer con múltiples ocupaciones, así que el espacio entre sus respuestas es muy variado; entre horas en el mismo día hasta varios días después. Todo por llegar a la femineidad cuasi característica de la entrevistada.
La primera pregunta (una odisea, literalmente, pero necesitaba un inicio).
¿Cómo llegas a estar satisfecha de un trabajo tuyo?
De ninguna forma. Nunca llego a estar satisfecha de mi trabajo. Me entrego a él hasta que llega el momento del abandono, de mí misma o de eso que me trama a ese "trabajo". Lo acepto provisionalmente; como provisión transitoria.
¿Consideras que lo que haces es poesía?
Busco "palabras necesarias e insustituibles" para mí, un tiempo, un espacio, una voz que haga imagen lo que percibo o proyecto (como invocación, como evocación o como revocatoria). Pero no me acostumbro a llamar poemas los textos que escribo. Acaso es un tonto pudor de mi parte.
Entonces, ¿qué es hacer poesía? ¿Dejar atrás ese pudor, como dices, tonto?
La poesía es un asunto de deseo y de intimidad, por eso en el "hacer poesía" no se puede renunciar del todo al pudor, al menos no a todo pudor. En el desdoblamiento del yo en la escritura hay siempre una exhibición, un ofrecerse al otro en el cuerpo de la palabra, en la imagen, pero también en el susurro y en el silencio, en el blanco pudoroso de la página.
Vaya, eso sonó extremadamente lírico. ¿A quién lees? ¿En qué te inspiras para escribir?
En estos días leo a Carmen Bullosa, Miguel Hernández, Víctor Salazar, Clarice Lispector y Haruki Murakami... pero siempre vuelvo a ellos. El paisaje de lecturas varía en el tiempo, cambia el lugar de la mirada y la mirada del lugar. Inspiración es apenas un movimiento inicial, una toma de aire, que en el momento previo a la escritura se vuelve sinónimo de arrebato, de aspiración, de iluminación, y solo retorna al aire en la voz de quien lee. Así, como lector, encuentro el aire en los libros pero también en el cine y la fotografía, en la música, en las conversaciones de pasillo, en el recorrido por la calle, en la pared blanca del insomnio. (qué difícil responder en pocas palabras, no lo logro)
No, más bien, es divertido que te explayes. Que escribas todo lo que “realmente” piensas. Recientemente leí que las palabras suelen ser hipócritas. Que nunca son lo que dicen ser. Que la realidad no existe, se crea. ¿Tú qué dices acerca de eso?
Recuerdo aquella afirmación de Octavio Paz: "El hombre es un ser de palabras [...] Así, en un extremo, la realidad que las palabras no pueden expresar; en el otro, la realidad del hombre que sólo puede expresarse con palabras". El lenguaje siempre es puente y falla, nos conecta con el mundo sensible, con las ideas, con los otros, con nosotros mismos, y al mismo tiempo es el recordatorio perenne de la grieta entre realidad y deseo, ese lugar indecidible en el que se realiza el yo. Poesía y fotografía se parecen tanto en eso: allí la imagen, por más que se parezca a la realidad, es siempre otra. Fundan un espacio y un tiempo propios que solo existen como exterioridad y en la imagen. Aunque provengan de la observación del instante vivido no pueden ser sólo registro. Su estar presente es la evidencia de lo ausente, como cicatrices que nos reinventan el cuerpo interior.
Vaya hilo discursivo, ahora dime, ¿Esa evidencia tiene precio?
Esa evidencia es capital, en deuda. Acaso el precio es el silencio de lo que quedará sin pronunciar, y la voluntad de seguir a pesar de ello.
¿Qué te gusta más: la crítica o la poesía? (esta pregunta la hice a destiempo, desde que salí de una de sus clases, me quedé con la duda).
¿Cómo elegir? ¿Por qué hacerlo? ¿Es que no se pueden tener las dos? Si me preguntaras café o chocolate, te diría: café y chocolate. Hace unos días conversaba con un amigo editor sobre ese ir y venir de un género a otro (de la poesía al ensayo y vuelta), y ambos concluimos: él es poeta, yo soy lector, y a veces la única forma en que logro leer es escribiendo. Entre crítica y poesía elijo el límite: ese espacio entre-medio donde "algo comienza su presentarse" (Heidegger), apuesto por la permeabilidad, por los envíos y desvíos que se cruzan entre ellas, al final de los finales el sujeto de la escritura (en este caso) es el mismo. ¿Cómo no habrían de espejearse y espejearme?
¿Espejo de la vida o espejo de la muerte?
En la poesía, Eros y Thánatos no pueden separarse. Esa violencia sobre el lenguaje que opera la poesía des-territorializando palabras y sentidos, re-significando (nos), trazando el yo de nuevo, re-inscribiéndolo en el tiempo otro, en el espacio otro del poema, es un movimiento en el que libido y destrudo se corresponden y nos corresponden.
Cuando no estás trabajando ¿En qué piensas? Digo, ¿Es posible desconectar la mente de la poesía? Es algo que siempre me ha inquietado, ¿los literatos tienen tiempo libre?
Supongo que el ritmo de mis respuestas te da una idea de mi tiempo... ¿En qué pienso? ¿Acaso podría inventariar mi propio pensamiento? Tendría que poder "ordenar" en líneas sucesivas mi percepción dispersa... y, de hecho, en este preciso momento no puedo. Desconectarse o conectarse a voluntad a veces es un artificio necesario; pero cuanto más necesario, más difícil, más doloroso... (No puedo imaginar siquiera la expresión de Elena acá, hasta a mí me dolió la respuesta).
Dios. Hasta para una pregunta tan frívola tienes una respuesta. Ya creo que tu percepción de pensamiento es dispersa…
Me rio sonoramente (de mí misma)... sí, aunque lo dudes soy epidérmica y me dejo atrapar por la sensualidad de lo ligero y banal, de lo que no sirve para nada, más que para la estimulación de los sentidos (como la poesía ¿no?)... una de las cosas que más disfruto es nadar... una sensación perfecta de suspensión y conexión a la vez: la sincronicidad (de sincronía) de la brazada con la aspiración del aire, el sonido del agua, la nitidez inestable... Ahora, en días como hoy lo que quiero es salir a ver zapatos y comerme una foundant de chocolate (una dosis doble de felicidad instantánea).
Continuará… (espero que pronto)
Ambas señoritas están pecando de lo lindo, por ahí. Ella allá en la ciudad de la furia y yo en la ciudad de la histeria.
Elena Cardona se presentará en la preparatoria número 13 en el programa ECOS de la FIl te agradesco la información proporcionada en el blog ya que me corresponde la divulgación del programa entre los estudiantes de la preparatoria
ResponderEliminarWow, Eso no lo sabía. Pero espero que se la pasen bien con ella. Cuidado con la sabiduría de la experiencia que ella trae en la maleta.
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