Debo decirte porque tú, burbuja,
porqué no dejo de adorarte.
Te mantienes cual fantasma,
ilusión pasajera al otro lado del cielo.
Convicción puramente sagrada
de que te llevo siempre -siempre-
palpitando en cada molécula mía.
Alegre altar ante el cual se postra,
se suplica y se palidece
cualquier deseo del mundo.
porqué no dejo de adorarte.
Te mantienes cual fantasma,
ilusión pasajera al otro lado del cielo.
Convicción puramente sagrada
de que te llevo siempre -siempre-
palpitando en cada molécula mía.
Alegre altar ante el cual se postra,
se suplica y se palidece
cualquier deseo del mundo.
Hoy, cumples la edad que tenía yo cuando te conocí: 16 años. Te extraño, nena. Aunque no me creas, te extraño en extremo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario