Después del primer trío se larga a vivir una vida normal, aparentemente.
Me la encuentro un poco más madura pero igual de sexy. Me invita a un café y nos sentamos a conversar un rato. Como siempre nuestra conversación se va hacia temas mórbidos: No sé como le hace pero siempre está indecisa, ya sea entre 2 niñas o niños. Esta vez es entre niños.
Conoció al ojos verde al mismo tiempo que a mí y babeó por el. Se conocieron por sus trabajos -nerdos los dos pero bueno-: ella estaba en una tienda y él en otra, así que pasaba el rato extrañándolo. Pasaban el uno por el otro y se daban regalos mutuos -incluyendo algunos poemas de la autora de este fabuloso cuento-.
El otro tiene múltiples personalidades. Es moreno con complejos de príncipe "verde". Andrajosos los dos tipos, ella marcó pauta con la frase más ingenua que no ha de escucharse: -Amarte, no. Sólo quiero pasar un buen rato. ¿mencioné que el tipo es el más perfecto, el que siempre soñé?-.
Y yo tipo nebulosa, le pregunto: "¿Cual de los dos?¿El de las muchas personalidades?"
"Aja, ése."
"Ya capto, síguele, mujer."
"Tiene los ojos azules. Trabaja en la facultad, se llama I y tiene un hijo como el que yo soñé."
"¿Y si es tan "perfecto" por qué te conservas virginal?"
"No lo sé, es tan esquivo..." Silencio creativo de sorbos de café amargo.
Rompo el silencio: "Extrañaba ese tipo de confesiones complejas ¿sabías?". Sonreí.
"Y yo que escribieras poemas", sonrió ella a su vez.
Habíamos peleado días antes y recién estamos reconstruyendo la relación.
"Intenté hablar de mis sentimientos con I, pero no pude..."
Mientras ella hablaba pasó una sirena peliroja y no resistí mirarla. Sonrisa culpable.
"...Y cuando pude, después de unos meses, le dije simplemente que quería que fuese mi primera vez. Sólo él"
"¿Qué?"
"Él dijo que no."(Suena Like a Virgin: me ha llegado un mensaje)."Que buscara a alguien para que tirara y experimentara más, digo, que he estado con niñas y no ha estado mal pero con chicos tiene que ser mejor"
"¿Qué hay del ojos verdes?"
"Nada, con el solo fueron besos con ropa y nada más. Aunque me arrepiento de no haber aprovechado las bodegas del centro pero nos interrumpieron cuando no tenía con qué ocultarme".
En su pecho aparece un rubor que nada tiene de especial: su picardía está a flor de piel. Ella la hechicera que tiene múltiples caras y sabe manejar la situación con su voz armoniosamente dulce, como el azúcar morena.
Sonreí, puse mi mano sobre su rodilla y le dije qque nos fuéramos a mi casa, que todo el mundo nos estaba viendo raro. Nos fuimos.
En el camino su silencio era intolerable: era imposible creer que ella se quedara así. Por eso pregunté lo más obvio: "¿en qué piensas?"
"En que tratas de seducirme"
"Sabes que no te tocaría de ésa forma: le quitaría lo divino a nuestra relación".
Pero eso no impide que bese sus labios tiernos al cerrar la puerta, desnudarla (oh, sorpresa: ropa interior sexy) y acostarla en mi cama, "hasta ahí", ella me detuvo.
"Dije que no te tocaría ¿verdad? Es tu decisión: sigue o vístete. Iré por una cerveza".
"¿Seda y cerveza? Chica sofisticada ¿no? Jajajaja" -irónica, me salió la nena esta. Bravo-.
"Callate, que hiciste que tuviera un Felipe por tu culpa".