miércoles, 30 de junio de 2010

Amargas mentiras

Nueva etapa. Poesía nueva. Vómito verbal. En realidad se la dedico a la musa de esta noche, la lluvia. Debí haber publicado esto antes pero estuve en un rito de paso muy divertido y cansón. Renegué de mis facultades y me fui pa'l norte y confieso que llegué hablando más lento y cantado.
Vi al sol cruzar el cerro y calentar la tierra salpicada de rocío. Vi a la luna des-dibujar las siluetas y difuminar el humo de los cigarrillos. Y vi, salpicada de barro, a la persona que andaba buscando desde hacía rato. La vi llorar contando su pasado, lloré con ella. A esa persona misteriosa le dedico este poema. Y sólo me queda darle las gracias por eso.

A través del cristal esmirlado
brilla el largo farol
cual luna perlada.
Dos pájaros se cruzan
en tu silueta que se
recorta contra la cama.
La lluvia choca en el techo.
Poco a poco, sube, sube
la temperatura corporal.
No te resistes y
te fundes en un abrazo
bajo las sábanas de cartón.



sábado, 26 de junio de 2010

Transnacional. Evelyn Moreno


En este momento, estoy viendo el Fb de esta señorita. Sé que es músico amateur. Escritora titulada, licenciada en Letras -da lo mismo, tiene un título de la universidad, eso es lo que importa, al menos para los papás-. Hace teatro -es divertido, ver las fotos del chismoso universal-. O hacía, no sé. En esta introducción no haré caso de ello. Hay poca información de ella en su cuenta de perfil. Quiero verla tocando saxofón, sería genial una sesión de fotos. Pocos amigos tiene por ahí. Se rumora que tiene novio, el que le mete ideas anarco-socialistas a la pobre mujer. De eso se trata el post de hoy, de las ideas anarco-socialistas de su cuento titulado "Contando ovejitas". Lo mandó en un taller que hicimos hace unos cuantos días. Debo admitir que me gustó la estructura del cuento y la idea de no seguir a los demás. Le hace un giro original a la cuestión infinita del "ser normal y destacar" que define -a mi juicio- la vida de una persona. Muero de ganas por asistir a un taller dictado por ella.

CONTANDO OVEJITAS

Esa noche un niño trataba de dormir, contaba y contaba ovejitas que saltaban la cerca, 201, 202, 203… el niño se quedo profundamente dormido, mientras ovejita 204 saltaba seguida de ovejita 205; pero ovejita 206 no saltó la cerca, no le gustaba saltar la cerca, Mamá oveja 423 siempre lo regañaba por esa actitud.

—Hijo debes brincar la cerca, te lo repito todo el tiempo, es nuestro trabajo, el Señor Sueño así nos lo manda y no debemos contrariarlo, lo hacemos para que todos los niños del mundo puedan dormir.

Ovejita -con cara de aburrimiento respondió —mami no me gusta brincar la cerca, es aburrido, todo el día brincamos, brincamos y brincamos—, a lo que Mamá oveja 423 añadió con un tono de cansancio — ¡ovejita!

Si mami, — ¡y si mejor jugamos a correr, a las escondidillas, coleadas, a las cosquillas! — Dijo ovejita 206 con entusiasmo.

Mamá oveja 423 quiso decir algo, pero era su turno para brincar —hablamos luego—dijo

Ovejita 206 se acerco a todo el rebaño de ovejas, trataba de convencerlas de dormir a los niños jugando en lugar de brincar, ovejita 206 hablaba como un experto orador, todas las ovejas, sobre todo las pequeñas le aplaudían

—Ovejitas—, decía —debemos proponerle al Señor sueño que podemos dormir a los niños jugando y divirtiéndonos

¡síiiiiiii!— respondían todas las ovejas al unísono.

— ¿Les gusta brincar y brincar sin parar? — Decía ovejita 206

—Noooooooooo—, volvían a repetir a coro las ovejas.

—Propongo que de ahora en adelante juguemos a las coleadas, escondidillas, bote pateado, cebollitas.

Las ovejitas brincaban, pero no para saltar la cerca, sino de emoción y gusto, nunca habían pensado en otras opciones para dormir a los niños.

Mamá oveja observaba a su hijo, no podía creer que ovejita 206 tuviera ese poder de convencimiento, también tenía temor que su propuesta no funcionara ¿y si los niños no logran dormir con ovejas jugando por ahí haciendo ruido, riendo y gritando? Además que diría el Señor Sueño de todo este embrollo, seguro no aceptaría, pensó Mamá oveja 423

Ovejita 206 continuaba su discurso —haré tocar la campana de emergencia para que aparezca el Señor Sueño—, Tilín tilín sonaba la campana.

De repente se escuchó la voz del Señor Sueño, — ¿ovejitas mías que sucede?

Ovejita 206 le explicó con cautela la inconformidad de brincar la cerca y sustituirlo por juegos. Se hizo un silencio largo, Señor Sueño no respondía,

—Se quedó dormido— cuchicheaba unas ovejitas.

—No ovejas, no pueden jugar, deben saltar la cerca como siempre se ha hecho Por favor no insistan con esas ideas insurrectas, no podemos alterar el sueño de los niños probando otras técnicas—, sentenció el señor sueño

Ovejita 206 dijo, —disculpe Señor Sueño, no deseamos alterar el sueño de los niños, sabemos que nuestro trabajo es saltar la cerca para que los niños logren conciliar el sueño mientras cuentan ovejitas, déjenos intentar sólo por una noche, estamos seguros que los niños podrán dormir mientras nos imaginan jugando y riendo

El señor Sueño se quedó pensando —mmm... no lo sé, es un riesgo alto imaginen una noche donde millones de niños en el mundo no puedan dormir.

—Señor Sueño, por favor— decía ovejita 206, —sí por favor— repetían el resto de las ovejitas pequeñas.

—mmmmm… pero sólo por una noche—, sentenció el Señor Sueño.

Las ovejas no cabían de alegría corrían por todas partes de felicidad. Empezaron a planear los juegos, las canciones, toda clase de diversiones; para sorpresa de Señor Sueño, esa noche, todos los niños conciliaron el sueño antes de lo previsto.


miércoles, 23 de junio de 2010

P. Llámenla sólo P.


¿Por qué ella? Porque es lo máximo. Es la chica que pudo decifrarme a través de mis escritos. Fue ella quien me dijo la forma fina de versificar, algo irónico, cuando ella no tiene ni pizca de versificadora. Me dijo cómo disfrutar la vida loca. Ella, evolución, trasnocho, desvelo, corrompimiento mental. Todo quien la conoce, se transforma, se libertiniza. Al menos eso me pasó a mi, a su actual chico y a un amigo mío. Es la locura personificada, una bacante discordante, anacrónica. Disfuncional -como ella sóla, sino, pregunten-. Acosadora. Perversa. Divertida. Sexy.
Monumental.

Descríbela Gabriel, eres quien mejor la conoce. Espero.

"Un eco de sentidos traidores junto al ruido de heridas y cicatrices cansadas de abrirse, se escurre de una voz empapada en retórica. En este caso, la voz guía a los visitantes en el mundo de cierto relato corto y en el de lo que se me antoja llamar (Un poco en contra de la artífice de estas realidades) poema en prosa. En estas dos creaciones del personaje particular que se autodenomina P. Ortuondo, la mezcla entre: Palabras, emoción y sentido, preña de escozor el filo del arma blanca que manipulada por designios secretos acaricia la piel o se entierra en la carne, en ocasiones incluso con la malicia de retorcerse una vez dentro en las entrañas, eso sí, con sutileza, este instrumento es un herramienta perfecta para abrirse camino a lo que escondemos y protegemos del exterior. En P, esa herramienta se decodifica en el talento de usar el lenguaje como expresión individual de personalidad escrita, lo que da constancia y prueba del latido de un algo con vida propia en simbiosis con ella misma. Es entonces irrefutable la evidencia de un huésped que crea y fabula embrujos, semejantes a runas que luego deja impresas con su juguete de metal en nosotros. Volviendo a ese metal, cabe destacar que es frío, tan frío que quema, dueño de un frio que cual espíritu poseyó al objeto cuando este se forjo en determinada forma de vacío, ese vacío que nace de la ineludible, desbordada y reiterada presencia de una ausencia, ese es el vacío que tiñe el espacio entre las metálicas partículas del arma blanca susodicha, es esa anomalía metafísica en lo que da la impresión bien lograda de no deja sanar al herido y al hiriente.
Ahora es cuando sería conveniente en aras de un nivel mínimo de formalidad y estructura (Según una idea algo vaga de lo que un metaprólogo debería ser) adentrarse un poco en otros aspectos de los dos escritos de P. Ortuondo, por ejemplo; se puede apreciar que tienen una diferencia entre sí de 6 años, y que no es solo un dato visible en la fecha al final de cada escrito, y es que existe una evolución, en Circulo Vicioso es como si los árboles de Yávanna, la valar de Tolkien (Señora de la tierra y sus frutos) fueran imbuidos con ímpetu atormentado, ya que las emociones se enraízan entonces con vehemencia aun más tempestiva que seis años antes. Con todo y eso (Y es en estos detalles donde el talento es palpable) la juventud más acentuada que se percibe tanto en el tema como en el enfoque y el estilo de Sigue llorando, al ser comparada con el poema en prosa posterior, no da lugar a evidencia de defecto, pues cabe destacar que aunque fue el que vino al mundo antes, siendo algo así como un embarazo adolecente de P, no fue desatendido por su madre y padre (P, su huésped, y personalidades interiores otras varias) no se daño en el camino, ni fue mal criado, no tiene menos presencia y poder de afectación en el lector, las diferencias que existen no menoscaban uno ante el otro, radican en la diferencia de género, ya que como antes esta repetidamente escrito ( Es evidente el afán de llevarle la contraria a la escritora, pero es que es tentador intervenir en escritos que realmente despiertan emoción) Sigue llorando es un relato corto, mientras Circulo vicioso es un poema en prosa.
Para ser más específico, escudriñar los escritos por separado, y despertar expectativa e impaciencia en ustedes ante ellos con la prolongación de este intento de metaprólogo, vienen los siguientes párrafos.
El relato corto bautizado como "Sigue llorando", comienza inyectándonos apasionamiento y sensorialidad, notamos cómo la concentración de esa dosis va en aumento, y en ese proceso, con la corriente que entre las líneas y nuestras venas, empuja aumentando su impulso en el momento justo, cuando la imaginación, la atención, y la tensión están a flor de piel, la dosis cambia su composición abruptamente, permitiéndonos despertar atolondrados de un sueño paralelo al de la amante, así como también nos deja en conexión, vía narcóticos metafóricos inyectados, a sus sentimientos, pues gracias a esta maniobra ingeniosa, sentimos en nosotros el ancla que representa para ella la potencia de la fusión con su amante soñado, percibimos como ella queda igual que las cenizas de cigarro usado, abrazada hasta el filtro por el ansia del fumador viciado, el nicotinomaníaco vendría siendo su amor ilógico (Si, se considera ilógico por axioma, pero éste en especifico lo es tanto que raya en el hipérbaton de esa locura) Queda estancada, y nosotros estancados con ella, todos rememorando el encuentro ficticio en segundo grado. Es entonces cuando aparece la aridez del mar de arena, que es intento fracasado de vida en el recuerdo de ese sueño, intento que le drena toda la sustancia a su realidad, hasta que la muchacha termina condenada a ser una cascara seca, hasta de esperanza, una Pinocchia rota que mal actúa, que vive, una mezcla tan natural de habilidad verbal para el encantamiento e imágenes tan inocentes, es chorro caliente y borboteante de sangre viva en monstruosidad nueva; o eleación de metales iridiscente, corazón del mundo en torrente de turbulento torbellino, que con el poder de una habilidad sísmica, da peso a todo lo imaginable, mientras lo reacomoda trastocando la telaraña de hilos inquebrantables que conecta a todo lo posible entre sí.
Al leer Circulo vicioso el dolor amargo es tan ciego, que su nitidez descompuesta niega hasta el descanso en la muerte, niega hasta la huida instintiva de cualquier ser sintiente ante tal destrucción (De esas que te oxidan y pudren la mirada) La cuerdas vocales se desgarran en un llanto mudo ante sordos, de aquello que no debería sentirse, de lo que refuta la razón. Solo les puedo recomendar que lo lean varias veces y con atención, es horriblemente hermoso.
Hasta acá los desespero con tanta cháchara, ante los que se leyeron todo lo anterior me despido con una sonrisa torcida, les deseo que la bebida que la Cafetería Literaria les presenta a continuación los desborde primero, luego los empape al transpirarla, y finalmente aumente insoportablemente la adicción y su sed, círculos viciosos hay muchos ¿No?."


Sigue llorando

Reía, y con cada risa más fuerte aferraba su mano, casi como si su vida dependiera de ello. Lo amaba, y mientras más se acercaban sus cuerpos, mayor era el deseo de jamás extrañarse.
A ella le temblaban las rodillas, el corazón le oprimía el pecho y cada centímetro de su piel albergaba una felicidad inhumana; a él le faltaba el aire y con cada minuto que pasaba se le imprimía más claramente el perfume de su amante. Sus vidas pasadas parecían tan vanas en compañía del otro. La tensión era insoportable, ambos sabían que faltaba muy poco para nunca más estar separados de nuevo… y despertó.
Tiempo después, años después, continúa recordando aquel episodio funesto. Susurros de un miedo sin nombre le envenenan el alma, en su cama vacía continúa el aroma de esa noche irreal y cuando las sombras de la impávida noche se cuelan por las cortinas de su habitación más corpórea se materializa su soledad.
No lo soporta, perdura el vacío y todavía hoy sigue llorando.

P. Ortuondo, 2003.

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Círculo vicioso

Si mañana llegase a amanecer con sangre sabría que estoy viva. Dentro o fuera de mi piel, pero con sangre.
Un par de bolsas bajo los párpados son el resultado visible de la batalla de la noche anterior; de la histérica lucha entre tu nombre y el mío quienes, a fin de cuentas, llamamos nosotros.
Cual enfermedad incurable insistes sin piedad en evocar recuerdos, proyectando risas y produciendo miedos, reclamas de ellos heridas profundas, cadáveres de sueños y el sin sabor del rumbo perdido.
Los despojos de la voluntad perdida tratan sin cesar de mantener a raya los brutales esfuerzos que realizas para hundirme sin retorno y que en definitiva permito. El dolor se vuelve crepitante, de a momentos siento irremediablemente perdida la batalla y así transcurre una hora. Concluyen dos.
Con el fin de sostener la horrenda sucesión de espantos creados por el tiempo colamos en la mente -nuestra mente- millones de disfraces sin premio. Invertimos vigilias, cercenamos respuestas y mezclamos mi resignación con tu cansancio.
Si mañana llegase a amanecer con sangre sabría que estoy viva. Que a duras penas tengo todavía la oportunidad de enfrentarme contigo y de pelear conmigo… otra vez.

P. Ortuondo, 2009.

así termina la transmisión de la cadena presidencial Número 2.

martes, 22 de junio de 2010

Luis Barboza

Luis. Luis. Luis. Luis. No sé cómo describirte. Eres un malpensante, malegre. Desforme. Eso es lo que tú dices de ti. Yo sé que eres fanático de Morrisey, hasta rabiar. ¡Malegría! ¡Malegría! gritas hasta llegar en un aforismo. Desastre real. Chico bohemio con el cabello sin lavar, fumando en el rincón del pasillo de Letras. Haciendo desastres con las ideas que daban los catedráticos de la escuela. Con un tufo a Wilde te presentas por ahí, con tus locuras por delante, reverenciándote. Poeta a destiempo. Sin tiempo. Con ganas de robarme mi biblioteca -NO-. Pícaro, insistente, irreverente. Monofónico. Sin fobias conocidas, aún por conocer. Llueve mientras escribo, como cada tarde, acá a muchos kilómetros de ti, Luis. Hace poco te dije que escribes como si te estuvieras disecando en un notepad. Te cito, algo que suelo hacer con frecuencia, antes de decirte si te quiero o te odio.
"Sus ojos eran un manicomio abierto, yo enfermo,
el cuarto infierno cuando me miran, inmortales"

Esto es, en resumidas cuentas, cómo crees, en quién crees y a quien le vas en la vida. Eso es algo que tenemos en común; el culto perenne a lo daimónico y a lo dionisíaco en la carretera. Y el dolor que apreciamos a diversos eventos culturales. Mejor dejo que tú mismo hables y te defiendas con todo lo que te he lacerado y alabado. Y sí, te saco el dedo del medio.

"Todo amor es trágico"
Oscar Wilde
PREFACIO

Antes, ¿qué es el día y la noche, las formas y los tiempos para quién no sabe donde está?, ¿Qué es todo esto para el que lee un poema? Yo se los digo: Nada. Son, acaso, colores llevados por la brisa nada más.
Otra, no existe tal cosa como la biografía de un poeta, el poema es lo único que existe, eso es todo.
La poesía no está en las palabras, está en los instantes vacíos antes de escribir o leer un poema; la palabra es sólo la "comunion" ,el silencio y las líneas solas están para recordarnos esto. ¡Y esto no son poemas, son los destiempos de Ofelia!


el juego, la belleza.
La poesía, la excepción,


la realidad, la regla
La vida es el lenguaje,


las estrellas.
la flor,
la luna,
tal como:

lo que las intenciones cuentan

el palito de la lira,

para temas de poetas,

palabras ambrosíacas,

que el abismo,

Al igual

Fondo.

Del fondo,

* * *


D E S F O R M I D A D E S O F E L I C A S

O

E L D E S T I E M P O


---DÍA

Acaricio
sus cabellos elíseos
como acaricio la
almohada al despertar

Voy empujado por el día;
la
luz, el oro.
El brillo de los collares.

Sus manos hoy me invitan a otro, otro
campo de ninfas y resortes, mares derrotados
y trenzas sucias y sueltas.

Sus manos
Sus manos que
se cierran y
a b r e n
siempre.
Prisma ardiente.

Sus ojos eran un manicomio abierto, yo enfermo,
el cuarto infierno cuando me miran, inmortales

Me persiguen como
una
claridad
f allecida.

Y
ya
el
día
se
hizo.

Y una vez, dentro del perfume y la botella,
se despertó, ¡crepusculario sensible!, y yo herido
por
su
atardecer, como si fuese
flecha
indómita prendida
en fuego.

---N O C H E

Así tengo
una luna amarga
en el pecho.

Moribunda renacida.

Yo
soy todo
de suelo al revés, piel de flor,

el balcón donde todos fuman y hablan
Botellas.

A ellos los veo cuando se asoman

y se
acarician en
las
sombrás pálidas.
Yo los veo arrodillados, solos, humanos.

Ahora, dime tú¿ De qué sirven
la paz,
la lira,
las estrellas,
si todo es el mismo cauce? ¡Todo!

La misma noche
que me acobija
a ella.

La dulce flor tramposa
En mi pecho, rápido se marchita.
¿Quién va a querer
mi fantasía maldita?

Y uno - casi yo-, va y pinta, con la suavidad
de margaritas, el altar más alto, donde ni
imaginación
ni memoria
llegan, sin caminos.

Va la selva oscura, el río de los senos.

Una sombra, la voz de los ceniceros.
Hoy había un poste apagado
Un instante roto
Y la vida que es más vida que la vida
es también más muerte que la muerte
Son el mismo rostro, altar caído.

Hipólito, debo recordar a Hipólito
"¿Pero murió, no?
" ¡Artemisa ni lo salvó, divina!"
Sí, pero ese es sólo un mito.

Y luego pasa un ruiseñor solemne,
azul
y volar lo hace posible, todo.

levanto
me siempre;
Así yo
en el mismo piso,
con el frío ensimismado, con la misma fé.


---DÍA

Mis dos
labios
enjaulados
forcejean la puerta,
son mariposas,
donde el
pensamiento
lleva a
sus
alas
a posasarse en
su frente, jardín de mentiras
Caía su cabello en dos, como
dos
c
a
s
c
a
d
a
s
de oro,
una pulsera de luz.

Y yo te guardo bajo la tierra como el indio al mineral,
te dejo bosqujada en el abismo
Y te dibujo al palpitar, como tal brima sonrosada.

¿Quieres saber por qué no duermo?
Te
digo:
¡Porque así el
sueño me
a p a r t a r í a
de ti!

Te arrancaría de mi imaginación arquitectónica
y te ocultaría tras la almohada
¿Para qué noche, entonces?

Pero sí, tendría que ser.

¡Si supiera
que el atardecer que aflora
no se compara al dorado de sus cabellos, todo angel!

Nariz de
pelusa,
Tasita
de
café,
burbuja de
espuma.

Y llegué respirando el vacío de los edificios.

--NOCHE

Calle retratada, esa noche vomité flores, bilis. Todo estaba ahí, transpirando, esperando los dedos, los susurros.

También la brisa al salir del cine.

Lloren, lloren que yo bailo, ¡Soy niño, me río cuando me caigo!. Me complazco. La crueldad me quita las arrugas, los sueños. ¡Oh, oh! ¡Oh, sí!. Ya no hay baile ni voces, toda la bulla está escampada y todos los ceniceros están llenos ¡Ay! La casa está sola. Sola como las manos, mugre sin uñas.

¿Y qué soy yo? Una copa sucia, una botella acabada, el sudor después. Y ¡plaf!, una cachetada a la cara del espíritu. Toda la noche es una sombra inacabable, sombra quizás madre. No hay luz sin sombra, ni sombra sin luz.

Porque el alma (grosería) me vino de noche ¡Ay, jueputa! Mintió el poeta: "El amor (grosería) es ciego porque la noche es oscura" .Y yo sonreído confíaba en las fragancias, en lo himnos de los campos, en los brazos del sol, superficie. ¿Para qué castillos y rizos flóridos? Todos los vidrios estaban en el piso, y yo ciego pasé descalzó.

Yo no sé, videntes, de día o de noche, yo paso las cortinas y no salgo, voy en el espacio, encima del espejo

---DÍA

En las
sillas,
detrás de las
dos puertas y el calor
sentado, veo:

C
u
e
ll
o de cisne, cerca.

Boca de lirio, infinita en miel.

Su rotro:un lienzo.
Mis dedos: el pincel.

También.

La blanca nieve que te llevó al altar (esto, la esencia, yo la conozco sola)
Me dejó los dedos cadavéricos, todo de morado.
¡Yo veía la blusa única y no podía tocarla!
Era pálida y de lejía
Mis ojos sudaban como un burdel
"Yo le birama la griela", dije,
la griela muestra a la mujer:
era de virgen toda su piel
¡Oh, su espejo es la miel!
También de miel era mi sed, bobo.

Verán, ¡ Yo no la podía tocar, pero mis ojos estaban borrachos!

Mariado
por la
verdadera
Helena,
imbesable
mármol.
Salí.

Luego, la lluvia
al entrar
otra vez.

Caíanle margaritas
e
s
t
i
r
a
d
a
s
en
sus
hombros, colinas,
mis dedos el abuso que los ara

Grandes como
muslos de olas
doradas
La samu perfecta
La hoja más tendida
El único

silencio hermoso que conozco
después de ver las rosas
crecer.

Luego vino el Jueves y el vértigo.

---NOCHE

A mí se me ha perdido la noche en una boca amrga, había sed y trasnocho, sangre débil y saliva ¡Todo esto sudaban los cielos: el de la boca y el otro!. Mi mano lenta divagaba en un vagón de luces, yo era una sirena, con carne de vino y cabellos dulces como calles ¡Ay, y los ojos!, los ojos míos eran de ella, dos perlas sucias que colgaban en su cara.

Ahora,

¡Ella, Luna!
¿Yo?
¡Lunático!

El sueño no me deja dormir.

Y hay una noche
selvática y oscura
Es los ojos que no puedo abrir
El aire rojo que no alcanzo a respirar
Y puede que no los quiera abrir nunca ya
Todas las noches son una
El mismo susurro vidente
Deseo.
Pero ahí
está
el amanecer,
luz lavada,
Donde quizás esté la misma sonrisa almidonada.
Y yo
sea
otro.
Quizás....

---EPILOGO

El autor dijo: "Todos los fuegos el fuego

porque todos los fuegos son un mismo fuego,
al
igual
que los mares son un
solo
mar.

Y yo digo:¡Todas las ellas, ella!

Y ya no hay por qué llorar

Hay una luna en mis días
Y un sol en las noches

¡Y ya! Vámonos.



lunes, 14 de junio de 2010

Transnacional. Yvyanna Jiménez.

Esas letras son geniales. La chica que se llama así, es una chica que se concentra para lograr lo que quiere. Casi cualquier cosa, imagino. Cuando la conocí, nunca pensé que escribiría poesía. Siempre me la imaginé haciendo microficciones o quizá terror del bueno. Hace poco leí unos poemas de ella, metafísicos, extrasensoriales, incluso. Son geniales. Según la persona que la conoce mejor que su mamá -de pana, no hay nadie que nos conozca mejor que ellas-, "ha establecido pactos de amor con la literatura, pacto de amor que ha ella le he escuchado llamar constantemente “pactos ficcionales”. Pero yo creo que es más que eso, o tal vez la fonología de la palabra ficción o lo que el lenguaje usual hace que nosotros identifiquemos semánticamente como un pacto ficcional inmediatamente después de que leemos o escuchamos esas palabras no dan fe a lo que ha hecho ella con la literatura". Y yo, humildemente, no puedo refutar o afirmar, algo más allá de esto. Él ya lo ha dicho todo, al menos todo lo que hay que decir sobre ella. Espero que no.

Esta chica me ha sorprendido cada vez más en lo que a poesía se refiere. Aquí está lo que ella escribió:

Ausencia

Ausencia, ausencia
ausencia ausente
cómo logra herir tanto
algo que no está presente,
cómo duele oir silencio
de algo tan inexistente,
cómo el sueño causa encanto
y desencanto estar consciente.
Sin mirarte, sin tenerte,
sin sentirte, sin conocerte,
sabiendo que en algún sitio estás,
un sitio no aquí, un sitio distante,
tal vez en un tiempo diferente,
tal vez incluso en un tiempo atrás,
tal vez simplemente nunca,
tal vez solamente jamás.

Gracias, señorita, por permitirme leerte. Gracias, asimismo, a Iván por ser su mejor amigo y enseñarme cómo comprender a la señorita arriba mencionada.

lunes, 7 de junio de 2010

Felicidad

Estos poemas son del tipo de los Atonales. Están recién salidos de mi lápiz. Es la primera vez que escribo algo desde hace un tiempo, las musas me agarraron fuera de base. Y con sueño, pero estoy contenta con los resultados. Quise mezclar un poco lo que había soñado con lo que había leído en estos últimos días, eso lo confieso. Bueno, aquí va.

a Penélope.
No sé que decirte
porque no tengo
tu rostro al frente.
No sé cómo mirarte
ya que no hallo
tu rostro en la luna.
No sé como tocarte
porque no tengo parte.
No sé cómo sentirte
cuando el eco de tu voz
no retumba en mi pecho.
No sé cómo imaginarte
cuando yaces a mi lado.
No sé cómo controlarme
cuando rozas tus labios con los míos.
No sé que dejarte,
amado mío,
si ya tienes
grabada en tu pecho
la esencia de mí.

Si estas leyendo esto, ten cuidado de lo que vayas a hacer luego. No me hago responsable de los daños ocasionados por estos versos. Peace.